La principal amenaza de la biodiversidad es la acción humana. El ser humano tiene gran parte de la culpa de que la nuestra biodiversidad y ecosistemas estén en peligro. Pero también lo es la contaminación, la sobreexplotación, el cambio climático o las especies invasoras.
Aquí repasamos las cinco amenazas principales que sufren nuestros ecosistemas:
- Destrucción del hábitat:
La pérdida y alteración de los hábitats es una de las principales amenazas que provocan la extinción de especies. Y es que cuando se construye una carretera o se deforesta una zona para su explotación agrícola lo que se está haciendo es alterar el entorno de multitud de especies que viven en él.
Las poblaciones de especies de agua dulce son las más amenazadas y que se han visto reducidas en un 83% respecto a 1970. Esto se debe a que la extracción insostenible de agua afecta de lleno a ríos y humedales. Según afirma WWF, solo en España se han perdido un 60% de los humedales en el último siglo.
Estos entornos son el lugar donde miles de especies nacen y se desarrollan. Pero también, estos ecosistemas tienen una función clave para el equilibro de nuestro clima y nuestro ciclo hidrológico. Alterar estos ecosistemas supone un grave riesgo para la salud de nuestro planeta. Por ello, es fundamental que vayamos desarrollando hábitos respetuosos con el medio ambiente para asegurar la supervivencia de estos ricos entornos naturales.
- Sobreexplotación
Obtener determinados productos para cumplir con las necesidades básicas ha llevado al ser humano a un aprovechamiento masivo de los recursos naturales sin tener en cuenta sus limitaciones. Hay diferentes tipos de sobre-explotación: las directas que vienen de la caza, el furtivismo o el tráfico de especies, y por otro lado, las indirectas procedentes de capturas pesqueras no deseadas que en algunos casos puede suponer hasta el 90% de las capturas totales.
Además, la proliferación de modelos económicos poco sostenibles provocan un deterioro del medio natural pero también desequilibrios económicos y sociales. Por ello, la economía circular se plantea como una alternativa sostenible para dar solución a esta problemática situación.
- Contaminación
Sea como sea, la contaminación afecta en mayor o menor medida a la biodiversidad. Y es que esta produce alteraciones en los ecosistema e incluso enfermedades en multitud de especies. Los pesticidas son nuestra gran amenaza. Y es que no solo contaminan suelo y aire, sino que también a cualquier ser vivo que lo ingiera provocando no solo la aparición de nuevas enfermedades, sino también la entrada de estos contaminantes en la cadena alimenticia.
Los plásticos son otro de los problemas a los que nos enfrentamos, quizá el más grave de las últimas décadas. La contaminación por este tipo de material se ha multiplicado por diez desde los años 80, según afirma PNUMA. A pesar de la grave situación, cada vez se están tomando más medidas para mitigar el impacto de la contaminación en los ecosistemas con el fin de preservar la salud de nuestro planeta.
- Especies invasoras
Esta amenaza está estrechamente relacionada con la destrucción de hábitats. Y es que al alterar los entornos, muchas especies se desplazan convirtiéndose en auténticos depredadores.
El 16% de las especies exóticas invasoras son responsables del 15% de la extinción de especies en el mundo. Pero, no solo pone en riesgo la supervivencia de las especies autóctonas, sino también se convierten en auténticos vehículos de enfermedades en zonas donde antes no existían.
- Crisis climática
Otra de las amenazas de la biodiversidad es el cambio climático. El Panel Intergubernamental del Cambio Climático estima que una subida de temperatura media mundial de 2 a 3 grados podría poner en peligro la extinción de hasta el 30% de plantas y animales.
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